"Se me escapa todo el tiempo entre los dedos, pruebo a capturar cada minuto"
ABBA, letra de la canción 'Slipping through my fingers'"
Hoy el día ha planteado sus normas mucho antes de que nos pusiéramos en pie avisando con un golpeteo rítmico en las tiendas que acabaríamos pasados por agua. Desde las tres de la madrugada ha estado lloviendo y cuando ha llegado la hora de levantarnos seguía haciéndolo. Para el que no ha experimentado la experiencia de dormir en una tienda de campaña con el sonido de la lluvia cayendo sobre ella no comprende lo relajante que es oír este ruido estando caliente en el saco de dormir, pero tampoco conocerá la "recorfortante" sensación de que llegue la hora de levantarse, que siga lloviendo y lo primero que te dé los buenos días sea un aguacero.
Hoy aun teníamos el día libre, por lo que los cuatro scouters de nuestra tropa habíamos planificado acabar nuestra construcción de troncos y cuerdas, conocer a fondo las zonas comunes del Jamboree, la zona de los pabellones nacionales y prepararnos para el acto inaugural de la noche. Excepcionalmente, Paula y yo, iríamos a Kristianstad a comprarle todo lo necesario para recuperar su independencia tras la perdida de su mochila en el vuelo de venida (cuestión que queríamos llevar en medio-secreto a la espera de saber como se resolvía y que por lo visto no hemos conseguido...).
Tras un ligero desayuno bajo la lluvia en el que presentamos los turnos de compra, cocina, recogida y friega, nos dispusimos a ponernos manos a la obra con nuestras tareas del día.
La construcción de nuestra zona va viento en popa. Si ayer solo conseguimos traer los miles de tronco que nos hacen falta, cavar seis agujeros de un metro de profundidad, meter los troncos pilares, apuntalaron, hacer las uniones entre ellos cocortos sendos troncos, poner la base del primer piso y levantar un mástil de más de ocho metros con la banda scout y la española... hoy hemos puesto una mesa de dos metros bajo el primer piso para cocinar, hemos puesto las escaleras del primer piso, hemos andamiado la estructura básica del segundo piso y hemos colocado algunas vigas traviesas que harán las veces de suelo del primer y segundo piso. Cuando esté acabado podremos subirnos arriba a disfrutar de las vistas y hacer las mejores fotos del campo Summer.
Nuestro fregadero de estructura tetrápoda para el fregadero es también envidiable y al estar al lado de uno de los caminos principales del campo es frecuente encontrarnos grupos de personas que se paran a verlo y a estudiar como está hecho.
Solo nos falta el tendedero, pero mañana por la tarde estará listo junto con el resto de la construcción.
Allá donde miremos hay infinidad de puertas (incluso giratorias!!), tendederos, balancines, vallas, mástiles, mesas, bancos, cocinas, percheros, macuteros... hechos solo de troncos en bruto y cuerda de sisal. Y esto, que pudiera parecer una actividad baladí se convierte como por arte de magia en una de las mejor vivencias y experiencias de lo chavales en un campamento. Decía Gastón, uno de los scouters madrileños de nuestra tropa, y me permito parafrasearlo, que el Escultismo es convivencia, es sacar a los chavales de su ambiente, de sus rutinas, de sus normas y costumbres y enfrentarlos a un entorno con otras personas, un terreno nuevo, ostil y austero y darles las habilidades para que ellos solos, con los medios disponibles y en colaboración y convivencia puedan adaptarse lo mejor que puedan; y entonces, en ese preciso instante surge el Escultismo. Pues la construcción de una estructura de troncos y cuerdas de todos y para todos aporta todos los ingredientes necesarios para que el Escultismo surja. Tanto es así que muchas de las cosas que hasta el momento hemos hecho y vivido han sido lo suficientemente fuertes como para temer que el día 12 de agosto os devuelva a un hijo nuevo que no reconozcáis. Ojalá!!
No obstante Paula y yo no pudimos ayudar mucho y tuvimos que marchar a Kristianstad a comprar de nuevo su equipaje. Para ello tuvimos que hacer lo que os contamos el primer día pero desde más lejos y bajo la lluvia. Atravesamos todo el Jamboree hasta la puerta de entrada, bajo la lluvia. Montamos en el autobús "que iba a kristianstad", dejando de llover entonces. El autobus decidió que su última y única parada era el aeródromo donde el primer día se hizo el check-in y tuvimos que bajarnos en el aeródromo militar, sin arboles, llano, bajo la lluvia. Montamos el el bus que nos llevaba desde allí hasta Kristianstad, dejando de llover entonces. El conductor, que hablaba el mismo inglés que mi abuela (que sigue con nosotros después de que la sacara de mi mochila) nos indicó cual era la mejor parada de autobús para ir de compras y allí nos bajamos, y de nuevo con lluvia. No sabemos muy bien que clase de sacrificio le debemos al Chá, el dios azteca de la lluvia, para que no llueva cuando estamos a cubierto, pero por si acaso hemos empezado a sacrificar melocotones y ofrecerle el corazón. Si no funciona esto estamos pensando pasar a sacrificar chinos, que aquí hay un montón y como son todos iguales no creemos que se den cuenta sus compañeros.
Cuando empezamos a caminar por krisntianstad nos abrumó la molestia que se habían tomado los lugareños para barrer y limpiar las calles, colocar todos, tirar papeles y colillas a las papeleras, poner arboles y jardineras con infinidad de flores en terrazas, bares y calles y que mantuvieran un tono de voz suave que nos permitiera disfrutar de tan digno recibimiento. El chasco fue grande cuando nos enteramos que esto no era porque se hubieran enterado que íbamos Paula y yo a visitarles, si no porque es así, es Suecia y no encuentran otra alternativa para sus calles y su ciudad. Suecia tiene un secreto y en el tiempo que hemos llegdo aquí no hemos conseguido descifrarlo. Pero lo que di conocemos es el fruto de dicho secreto: nadie, sin excepción, se atreve a manchar y maltratar lo que es de todos, sus calles, sus jardines y parques, en definitiva su ciudad. Pero hay algo aun más grande que me tiene sorprendido: todo el mundo se mueve en bici por la ciudad (si tuvieran las cuestas de Sanse veríamos si son tan valientes...) y cuando han de bajarse para comprar en una tienda, coger el transporte publico o llegar a casa simplemente ponen la pata de cabra y listo, no le ponen cadenas ni candados ni seguros, nadie las roba y eso es sagrado. El respeto por lo de los demás es envidiable. Este ambiente de confianza y tranquilidad se respira en las calles y quizá sea ese el motivo por el que el Escultismo sea tan fuerte aquí, y es que, como reza una de las leyes scout "El scout es austero y respeta el bien ajeno".
Otra cosa sorprendente de Suecia y sus suecos es el tono de voz que usan. Mientras paseábamos por el centro de la ciudad cumpliendo nuestro objetivo del shopping cual adolescentes, pasamos por la plaza central ocupada por familias y abuelos con los pequeños y un mercadillo de flores idílico. La escena podía ser perfectamente el decorado de una película. Con toda la gente que había, el ruido que se oía era asimilable al de una sala de espera del medico de España. Paula y yo nos vimos abrumados por este fenómeno y si bien fuimos objeto de miradas curiosas por nuestro tono de voz al llegar a la plaza, pronto tuvimos que rebajarlo para congreguemos en dos suecos más.
La mañana y parte de la tarde transcurrió de tienda en tienda buscando la mejores ofertas y los más dignos trapitos que lucir durante el Jamboree y en "tan solo" cinco horas compramos todo lo necesario y consiguiendo que Paula "casi" se cansara de ir de compras. Por un momento me vi con una medalla colgada de mi solapa que dijera "Yo conseguí que una mujer se cansara de ir de tiendas". Otra vez será.
Mientras comíamos comprobamos que absolutamente todos los comensales suecos que comían a nuestro alrededor tenían un pelo rubio casi albino y unos ojos azules, lo cual les confería un aspecto que se debatía entre un anuncio de vista o el cartel de la película "Los niños del maíz". Este detalle dio lugar a un interesante debate de la aplicación empírica de la ley de la evolución de Darwin y la aplicación practica del principio de adaptación natural.
El regreso fue igual que la ida y según salimos de vuelta al autobús empezó a diluviar. Suerte que nada más llegar a la estación de autobuses nos estaba esperando el que nos habría de llevar vuelta al Jamboree. Tardó un buen rato en arrancar, por lo que aprovechamos para echar una cabezada la mar de reparadora. Cuando llegamos al check-in de nuevo cogimos el segundo autobús y allí coincidimos con una chica de Barcelona que está trabajando el en Jamboree como IST. Charlando con ella (sobre todo Paula que habla hasta con las piedras) pudimos ver que las similitudes entre su grupo y los nuestros son muchas.
Al llegar de nuevo al Jamboree aprovechamos que había dejado de llover para visitar la zona de los pabellones nacionales, en los que se exponen elementos de la cultura de cada país y del Escultismo que allí se desarrolla. Mientras paseábamos vimos una gran comitiva compuesta por los peces gordos del Escultismo internacional y unos gorilas de proporciones astronómicas. Al acercarnos nos encontramos de frente con el Principe de Arabia Saudi -también scout- por lo que le saludamos con los tres dedos en alto y continuamos con la tarea de intercambiar pañoletas. A la vuelta a nuestra zona de acampada descubrimos que el grupo encargado de comprar la cena, encabezado por Jorge, había hecho su labor, decidiendo que el menú nocturno serían... sandwiches de Nocilla. Me siento incapaz de decir nada al respecto.
Con nuestros objetivos del día cumplidos -compras y construcciones- y la "cena" en el estomago nos dirigimos bajo la lluvia, por supuesto, a la gran explanada en la que se desarrollaría el acto inaugural.
Nada más llegar el sacrificio del melocotón y el ofrecimiento de su corazón al Dios Chá hizo su efecto y dejo de llover durante todo el rato que duro el acto.
La pradera se fue llenando con scouts de todos los países, cantando cada uno consignas enaltecedoras de las bondades y virtudes de su país y consiguiendo un ambiente festivo a la par que ensordecedor.
Cuando quisimos darnos cuenta las grandes pantallas que había a los lados del escenario se encendieron y un video introductorio dio paso al desfile de banderas de todos los países del mundo donde hay scouts -más de 150- con sus respectivos abanderados. Estas se fueron colocando en una enormes pasarelas laterales, lo que le confería al escenario un aspecto majestuoso.
Continuó con unas palabras de apoyo al pueblo noruego por la tragedia de la pasada semana y con la aparición desde el techo del escenario del mismísimo "ultimo superviviente", que además de protagonista de un programa de televisión es scout y presidente de los scouts de Reino Unido. De ahí en adelante una infinidad de canciones en dicto con grandes artistas suecos, remakes de ABBA, espectáculos de baile y música que contaban la historia de Suecia y un gran espectáculo de fuego y malabares que nos dejó cola boca abierta.
Eran las once de la noche cuando regresábamos los 40000 scouts a nuestras tiendas después de dos horas sin para de cantar, bailar, gritar, animar a nuestro país pero sobre todo de convivir, ese convivir que al principio decíamos que es el germen del que nace el Escultismo, pero con la diferencia de que en esta ocasión la convivencia era con mucha más gente que nuestra tropa. Decía ABBA en su canción que se nos escapa el tiempo entre los dedos, pero nosotros sí estamos consiguiendo atrapar cada minuto.
Ya es tarde, es muy de noche y mañana será otro día, pero hasta aquí esta esta siendo nuestra historia y lo demás o ruido o silencio.
viernes, 29 de julio de 2011
Macuto encontrado!!!
Aun caliente la entrada de ayer y pendiente de colgaría, os puedo confirmar con satisfacción y mucho, mucho alivio que la maleta de Paula a aparecido.
nos han comunicado que estaba en Madrid y hoy mismo sale en un vuelo a las once de la mañana rumbo a Copenhaguen, desde allí nos la traerán al Jamboree y entonces la recuperaremos definitivamente.
Antes de que esto ocurriera y en pos de recuperar la independencia de Paula, ayer estuvimos los dos de Shopping y compramos todo lo que le hacia falta y anteayer una tienda de campaña nueva por la que no hemos podido montar estos días ante la ausencia de los palos de la tienda que estaban en dicha mochila. Todos los tíquets están guardados para pedirle a la compañía aérea el reembolso de los gastos ocasionados; la compañía aérea ya está en este asunto.
Muchas gracias por la preocupación y ayuda prestada desde Madrid!!
En breve el relato de ayer...
nos han comunicado que estaba en Madrid y hoy mismo sale en un vuelo a las once de la mañana rumbo a Copenhaguen, desde allí nos la traerán al Jamboree y entonces la recuperaremos definitivamente.
Antes de que esto ocurriera y en pos de recuperar la independencia de Paula, ayer estuvimos los dos de Shopping y compramos todo lo que le hacia falta y anteayer una tienda de campaña nueva por la que no hemos podido montar estos días ante la ausencia de los palos de la tienda que estaban en dicha mochila. Todos los tíquets están guardados para pedirle a la compañía aérea el reembolso de los gastos ocasionados; la compañía aérea ya está en este asunto.
Muchas gracias por la preocupación y ayuda prestada desde Madrid!!
En breve el relato de ayer...
27 julio 2011: Amanece, que no es poco
"Siempre hay un tercer camino, sólo si uno es capaz de encontrarlo"
Selma Lagerlöf, famosa escritora sueca
El día de hoy podría ser el día de ayer y podrían ser muchos días a la vez, todos juntos y sin saber cual es el principio y el final de cada uno.
Eran las doce en punto cuando nos acercábamos puntuales y felices a la puerta del check-in para ser oficialmente participantes del Jamboree. Entrábamos a esa hora con el firme propósito de evitarnos las largas colas de scouts venidos de todo el planeta (es fuerte caer en la cuenta de que esto es planetario!) y en parte lo conseguimos... o casi lo conseguimos.
Comenzamos el check-in con un pequeño problema de inscripción de un participante del G. S. 1 Santiago el Mayor; algo, que si bien no fue grave, si nos demoró alrededor de media hora. Después tuvimos que esperar alrededor de tres cuartos de hora a que nos ubicaran en un autobús que nos llevara desde el punto de inscripción hasta el lugar del evento, una distancia de apenas tres kilómetros que recorrimos en poco tiempo.
Para entonces ya habíamos estado esperando alrededor de dos horas y pico y el rocio había empezado a hacer acto de presencia sobre nuestras mochilas, nuestra ropa y nuestro pelo y cara (algunos con más cara que pelo...).
La llegada al Jamboree fue cerca de las tres de la madrugada, pero para sorpresa nuestra no fue en el campo en el que estamos acampados -Summer- y mucho menos en el subcampo final -Smögen-, por lo que tuvimos que volver a cargar con las mochilas y, a esta hora, ponernos a interpretar un mapa del sitio y buscar unos pequeños carteles en el suelo con el número 1145, el número de nuestra finca.
Os aseguro que las ganas de descargar el peso, el ansia por llegar definitivamente y el sueño no hicieron agradable la tarea de andar los kilómetros (sí, kilómetros!!) que anduvimos. Los scouters de la tropa tuvimos que buscar a nuestros compañeros en el campo Winter, así que cuando regresamos ya habían montado las tiendas de campaña. Nada como las ganas de dormir para que tengan iniciativa...
Con el objetivo conseguido y las tiendas montadas temporalmente estiramos el saco y nos dispusimos a plachar la oreja. Eran las cuatro de la madrugada y para entonces ya hacia cuatro horas que el sol iluminaba tímidamente el horizonte, pero no por el este, sino por el norte ya que en esta época del año el sol no acaba de ponerse del todo y se intuye en la dirección del Circulo Polar.
Mañana, que era hoy, continuaría el comienzo del comienzo.
Esta mañana habíamos quedado en despertarnos, excepcionalmente, a las once y media de la mañana para coincidir en la plaza central de Summer con nuestra otra tropa y con la patrulla de Valencia con la que habíamos coincidido en días anteriores y desayunar juntos. Pero el himno del Jamboree en un volumen atronador en un escenario que parecía estar dentro de nuestra tienda nos despertó a las diez y media sin opción a ignorarlo.
Aunque nos habíamos saltado la reunión de leaders de las diez de la mañana nos acercamos a la tienda central a conocer los detalles de la organización y recibir los kits del Jamboree.
Desayunamos a la sombra del sol (un sol de madera y trama amarilla que es el elemento central de nuestro campo) y repartimos la pañoleta del kit, las tarjetas identificativas y los libros de mano con el horario de cada día.
Hemos continuado reorganizando el campamento, definiendo los limites de nuestra campa y moviendo las tiendas que estaban fuera de ellos. Luego, mientras unos pocos íbamos a hacer la compra por primera vez los demás han montado la hipérbatos que va a hacer las veces de comedor y foro de encuentro y acogida para nuestra tropa y los scouts de otras tropas que nos visiten en estos días.
El supermercado no ha defraudado el concepto que teníamos desde nuestra visita de ayer al templo del desarrollo ciudadano y lo que nos hemos encontrado ha sido una carpa enorme que nada tiene que envidiar a los supermercados de cualquier ciudad: cámaras de refrigerados y congelados, sección de frutas y verduras, carne, pastas, salsas, especias, embutidos y encurtidos e incluso un rincón especial para alérgicos, celiacos y vegetarianos. Todo lo que allí se vende va por puntos y cada tropa -36 personas- tenemos 20000 puntos para la comida de cada día. Teniendo en cuenta que el desayuno, comida y cena de hoy han sido 9000 puntos y nos hemos puesto como el quico... Veo difícil que nos quedemos con hambre. Además nos han facilitado un libro de cocina para que podamos hacer un menú equilibrado cada día y las recetas que aparecen son de todos los paises y a cual más intersantes!! Y si algún día no nos apetece elegir hay un servicio de "inspiración culinaria" que nos diseñan el menú.
El resto de la tarde tras la primera comida ha transcurrido con la mejor actividad hasta el momento: hemos comenzado una construcción. Una estructura con troncos de tres y cuatro metros de dos plantas y zona de sombra y cocina abajo, mirador en el segundo nivel y un mastil con la banderq de España y la Scout que compite cara a cara en altura con la de Alemania y EE.UU. Las fotos que hemos hecho darán claro testimonio de lo bonito del momento.
Al final de la tarde han llegado los miembros del G. S. Maravilla y el G. S. San Agustín que faltaban y tras la primera ducha desde hace cuatro días hemos cenado unas ricas hamburguesa (receta norteamericana, por supuesto!!).
Ahora están socializando con los scouts de otros países.. Parece ser que no se socializa igual de noche que de día.
Decía Lagerlöf al principio de la entrada que hay un tercer camino si lo encuentras. Esta tarde, con la luz de poniente iluminando el cielo con tonos naranjas, rosas y rojos (parece que este momento ayuda a la flexión) caí en la cuenta de lo afortunado que soy al poder estar aquí, rodeado de gente que ha encontrado ese tercer camino, con personas que creemos en otra realidad, en otras posibilidades, con scouts que al igual que yo creen en unos valores -las leyes scout- que son la llave de ese tercer camino. Hasta llegar aquí la ruta no ha sido fácil y la inversión de tiempo y esfuerzo en mi día a día, mis estudios y mi trabajo me han dado la posibilidad de vivir esta experiencia, que no es la mejor de mi vida, pero que sí contribuye a que mi vida sea mejor. Mucho mejor.
Ya es hora de dormir, mañana la historia continua. Mientras tanto esta es mi aventura, lo demás o ruido o silencio.
Selma Lagerlöf, famosa escritora sueca
El día de hoy podría ser el día de ayer y podrían ser muchos días a la vez, todos juntos y sin saber cual es el principio y el final de cada uno.
Eran las doce en punto cuando nos acercábamos puntuales y felices a la puerta del check-in para ser oficialmente participantes del Jamboree. Entrábamos a esa hora con el firme propósito de evitarnos las largas colas de scouts venidos de todo el planeta (es fuerte caer en la cuenta de que esto es planetario!) y en parte lo conseguimos... o casi lo conseguimos.
Comenzamos el check-in con un pequeño problema de inscripción de un participante del G. S. 1 Santiago el Mayor; algo, que si bien no fue grave, si nos demoró alrededor de media hora. Después tuvimos que esperar alrededor de tres cuartos de hora a que nos ubicaran en un autobús que nos llevara desde el punto de inscripción hasta el lugar del evento, una distancia de apenas tres kilómetros que recorrimos en poco tiempo.
Para entonces ya habíamos estado esperando alrededor de dos horas y pico y el rocio había empezado a hacer acto de presencia sobre nuestras mochilas, nuestra ropa y nuestro pelo y cara (algunos con más cara que pelo...).
La llegada al Jamboree fue cerca de las tres de la madrugada, pero para sorpresa nuestra no fue en el campo en el que estamos acampados -Summer- y mucho menos en el subcampo final -Smögen-, por lo que tuvimos que volver a cargar con las mochilas y, a esta hora, ponernos a interpretar un mapa del sitio y buscar unos pequeños carteles en el suelo con el número 1145, el número de nuestra finca.
Os aseguro que las ganas de descargar el peso, el ansia por llegar definitivamente y el sueño no hicieron agradable la tarea de andar los kilómetros (sí, kilómetros!!) que anduvimos. Los scouters de la tropa tuvimos que buscar a nuestros compañeros en el campo Winter, así que cuando regresamos ya habían montado las tiendas de campaña. Nada como las ganas de dormir para que tengan iniciativa...
Con el objetivo conseguido y las tiendas montadas temporalmente estiramos el saco y nos dispusimos a plachar la oreja. Eran las cuatro de la madrugada y para entonces ya hacia cuatro horas que el sol iluminaba tímidamente el horizonte, pero no por el este, sino por el norte ya que en esta época del año el sol no acaba de ponerse del todo y se intuye en la dirección del Circulo Polar.
Mañana, que era hoy, continuaría el comienzo del comienzo.
Esta mañana habíamos quedado en despertarnos, excepcionalmente, a las once y media de la mañana para coincidir en la plaza central de Summer con nuestra otra tropa y con la patrulla de Valencia con la que habíamos coincidido en días anteriores y desayunar juntos. Pero el himno del Jamboree en un volumen atronador en un escenario que parecía estar dentro de nuestra tienda nos despertó a las diez y media sin opción a ignorarlo.
Aunque nos habíamos saltado la reunión de leaders de las diez de la mañana nos acercamos a la tienda central a conocer los detalles de la organización y recibir los kits del Jamboree.
Desayunamos a la sombra del sol (un sol de madera y trama amarilla que es el elemento central de nuestro campo) y repartimos la pañoleta del kit, las tarjetas identificativas y los libros de mano con el horario de cada día.
Hemos continuado reorganizando el campamento, definiendo los limites de nuestra campa y moviendo las tiendas que estaban fuera de ellos. Luego, mientras unos pocos íbamos a hacer la compra por primera vez los demás han montado la hipérbatos que va a hacer las veces de comedor y foro de encuentro y acogida para nuestra tropa y los scouts de otras tropas que nos visiten en estos días.
El supermercado no ha defraudado el concepto que teníamos desde nuestra visita de ayer al templo del desarrollo ciudadano y lo que nos hemos encontrado ha sido una carpa enorme que nada tiene que envidiar a los supermercados de cualquier ciudad: cámaras de refrigerados y congelados, sección de frutas y verduras, carne, pastas, salsas, especias, embutidos y encurtidos e incluso un rincón especial para alérgicos, celiacos y vegetarianos. Todo lo que allí se vende va por puntos y cada tropa -36 personas- tenemos 20000 puntos para la comida de cada día. Teniendo en cuenta que el desayuno, comida y cena de hoy han sido 9000 puntos y nos hemos puesto como el quico... Veo difícil que nos quedemos con hambre. Además nos han facilitado un libro de cocina para que podamos hacer un menú equilibrado cada día y las recetas que aparecen son de todos los paises y a cual más intersantes!! Y si algún día no nos apetece elegir hay un servicio de "inspiración culinaria" que nos diseñan el menú.
El resto de la tarde tras la primera comida ha transcurrido con la mejor actividad hasta el momento: hemos comenzado una construcción. Una estructura con troncos de tres y cuatro metros de dos plantas y zona de sombra y cocina abajo, mirador en el segundo nivel y un mastil con la banderq de España y la Scout que compite cara a cara en altura con la de Alemania y EE.UU. Las fotos que hemos hecho darán claro testimonio de lo bonito del momento.
Al final de la tarde han llegado los miembros del G. S. Maravilla y el G. S. San Agustín que faltaban y tras la primera ducha desde hace cuatro días hemos cenado unas ricas hamburguesa (receta norteamericana, por supuesto!!).
Ahora están socializando con los scouts de otros países.. Parece ser que no se socializa igual de noche que de día.
Decía Lagerlöf al principio de la entrada que hay un tercer camino si lo encuentras. Esta tarde, con la luz de poniente iluminando el cielo con tonos naranjas, rosas y rojos (parece que este momento ayuda a la flexión) caí en la cuenta de lo afortunado que soy al poder estar aquí, rodeado de gente que ha encontrado ese tercer camino, con personas que creemos en otra realidad, en otras posibilidades, con scouts que al igual que yo creen en unos valores -las leyes scout- que son la llave de ese tercer camino. Hasta llegar aquí la ruta no ha sido fácil y la inversión de tiempo y esfuerzo en mi día a día, mis estudios y mi trabajo me han dado la posibilidad de vivir esta experiencia, que no es la mejor de mi vida, pero que sí contribuye a que mi vida sea mejor. Mucho mejor.
Ya es hora de dormir, mañana la historia continua. Mientras tanto esta es mi aventura, lo demás o ruido o silencio.
martes, 26 de julio de 2011
26 julio 2011: Me río de Supervivientes y Pekín Exprés!!
La luz del día (o de la noche... pues ha amanecido a las 4:30) ha traído nuevas perspectivas.
En primer lugar nos hemos despertado con la noticia de que finalmente no sería hasta mañana cuando podríamos hacer el check-in en el Jamboree y en segundo lugar hemos visto que nuestra pradera granjera está apenas a dos kilómetros del recinto del eevento.
Sea como sea es una alegría saber que antes o después llegaremos al Jamboree y esperamos que tenga mejores servicios que ahora, pues nuestro único punto de agua es una manguera de la que mana el liquido elemento con otros tantos componentes de la tabla periódica (gases nobles incluidos). Menos mal que Antonio -el scouters del grupo de MSC- es medico y ha podido aclararnos que no pasa nada y que simplemente tendremos diarrea durante un par de días... Como si eso no fuera nada...
La hora del desayuno ha sido el pistoletazo de salida a un periplo excitante.
Obviando el hecho de que se me olvidó decirle a los chavales que también debían incluir desayuno para hoy en su mochila, hemos organizado una avanzadilla que debía conseguir comida, cena para hoy y desayuno para mañana. Dicha avanzadilla, compuesta por Dr. Antonio, Juan feo y el que suscribe -Javi-, hemos salido rumbo al Jamboree con dos objetivos:
1. Conseguir el permiso para entrar al Jamboree lo antes posible.
2. Informarnos de como conseguir comida para los restantes 45 personas del grupo.
Un ameno paseo mañanero por el arcén de una carretera secundaria nos ha llevado hasta la puerta de un aeródromo militar, ahora ocupado por multitud de autobuses y converido en el punto de check-in de los 45000 scouts que en los próximos días llegaran hasta aquí.
La primera intrusión madrileño-valenciana ha conseguido dos cosas:
1. Saber que hoy solo podían inscribirse los grupos suecos (nada como tener mano de obra barata para dar los últimos toques al recinto). Y como hecha la ley, hecha la trampa, a las 00:01:01 del 27 de julio es valida la entrada y allí estaremos los primeros.
2. Que el mejor sitio para comprar comida era Kristianstad y el único modo de llegar era parando unomde los buses que continuamente van a recoger a gente desde la ciudad hasta el Jamboree.
Como teníamos poco tiempo y menos ganas de hablar inglés, hemos decidido que la mejor manera de parar un bus era tumbarnos en la carretera del parking. Menos mal que esta gente parece razonable y nos han preguntado qué queríamos antes de pasarnos las ruedas por encima... Cuando nos hemos querido dar cuenta estábamos montados en un autobus y atravesando el por primera vez el Jamboree y viendo las instalaciones.
A primera vista hemos podido comprobar que la extensión es inabarcable. Las interminables praderas suecas son atravesadas de vez en cuando por arboledas inmensas. Cada subcampo tiene en medio un gran árbol figurado que representa el nombre del mismo y salpicado por aquí y allá los baños y carpas nacionales completan el paisaje. Tan grande es esto que incluso el magnánimo escenario para los actos centrales y la explanada que se extiende delante parecen ridículos en el conjunto del entorno.
Quince minutos en bus hasta salir del Jamboree nos ha dejado tan buen sabor de boca que cuando nos hemos querido dar cuenta estábamos llegando a Kristianstad. Allí nos han dejado y sin quererlo hemos entrado al paraíso del desarrollo ciudadano, a la panacea de la conciencia social y el "Sanctasanctórum" del avance del bienestar: un supermercado sueco!!!!.
El proceso de compra de la comida se ha convertido en un autentico descubrimiento de lo que hay o mejor dicho de lo que no hay aquí: salsas con sabor a bacon, hamburguesa de queso, ensaladas que en España ni sospechamos, cajas de ensaladas de diferentes verduras ya cortadas para poderlas coger y hacerte tu propia ensalada, un selfservice de patatas de cuatro tipos, sales de miles de sabores, un armario interminable con casi cuarenta tipos de panes, paquetes de un kilo de albóndigas desecadas que los suecos comen con una especie de salsa cesar (y que además ha sido nuestra comida hoy), fiambres de infinidad de tipos, salsas de sandwich de miles de sabores y lo mejor de todo, una especie de mesa al final de la cinta de caja para poder apoyar la bolsa de la compra y llenados de manera organizada y racional. He estado a punto de quedarme allí a vivir!!!
Pero antes de poder acceder al templo del placer el destino ha puesto en nuestro en nuestro camino una ultima dificultad: no teníamos monedas suecas con las que poder pillar el carrito de la compra!! No contaban estos suecos con la astucia y picardía ibera y probando con monedas de euro hemos podido sacar el carro por diez céntimos.
Con la compra en bolsas racionales y salivando como el perro de Pavlov nos hemos puesto rumbo de nuevo al campamento. De nuevo teníamos que parar un bus con dirección al Jamboree.
En esta ocasión la tarea no ha sido difícil y nada más llegar a la parada nos ha recogido un bus cargado de scouts suecos que nos han recibido con los brazos abiertos y con muchas ganas de preguntarnos un tema de rabiosa actualidad: "Cuál es la diferencia de la crisis española con la crisis Portuguesa y Griega". No sabemos si les habremos convencido con nuestra disertación, pero contarselo en inglés ha sido toda una demostración de dominio del idioma.
Cuando hemos reaparecido en el campamento, nos han ayudado a cargar las bolsas no por espíritu scout, si no porque teníamos más hambre que el perro de Don Quijote. Una mañana plega de juegos scout para los chavales y algunas scouters y de rogar, pedir, ingeniar, comprar... para nosotros tres ha sido una muy buena justificación para la opípara pitanza que nos hemos metido entre pecho y espalda.
La tarde ha transcurrido entre un rato de sesteo, otro largo rato de juegos de scouts valencianos (en concreto una torre humana de cuatro pisos que ha hecho temblar al asegurador de ASDE) y el desmontaje del campamento -mochilas y tiendas-, pues las ansiadas 00:01:01 estaban cerca y teníamos que estar preparados.
La cena ha sido veloz por el ansia de ponernos en camino al check-in y a las diez y media de la noche estábamos camino de la verdadera aventura. Han sido apenas dos kilómetros de distancia, pero más de un conductor despistado se ha quedado atónito al ver cincuenta mochilas con piernas caminando por el arcén de la carretera rumbo al Jamboree.
Ya estamos en la puerta y, como se dice vulgarmente, el culo nos huele a Jamboree. Solo quedan quince minutos para poder entrar oficialmente. En cuanto tengamos nuestra "identity card" en el cuello podremos ir a nuestra zona de acampada y... Lo de después es otra historia, de momento esta es nuestra aventura, lo demás o ruido o silencio.
En primer lugar nos hemos despertado con la noticia de que finalmente no sería hasta mañana cuando podríamos hacer el check-in en el Jamboree y en segundo lugar hemos visto que nuestra pradera granjera está apenas a dos kilómetros del recinto del eevento.
Sea como sea es una alegría saber que antes o después llegaremos al Jamboree y esperamos que tenga mejores servicios que ahora, pues nuestro único punto de agua es una manguera de la que mana el liquido elemento con otros tantos componentes de la tabla periódica (gases nobles incluidos). Menos mal que Antonio -el scouters del grupo de MSC- es medico y ha podido aclararnos que no pasa nada y que simplemente tendremos diarrea durante un par de días... Como si eso no fuera nada...
La hora del desayuno ha sido el pistoletazo de salida a un periplo excitante.
Obviando el hecho de que se me olvidó decirle a los chavales que también debían incluir desayuno para hoy en su mochila, hemos organizado una avanzadilla que debía conseguir comida, cena para hoy y desayuno para mañana. Dicha avanzadilla, compuesta por Dr. Antonio, Juan feo y el que suscribe -Javi-, hemos salido rumbo al Jamboree con dos objetivos:
1. Conseguir el permiso para entrar al Jamboree lo antes posible.
2. Informarnos de como conseguir comida para los restantes 45 personas del grupo.
Un ameno paseo mañanero por el arcén de una carretera secundaria nos ha llevado hasta la puerta de un aeródromo militar, ahora ocupado por multitud de autobuses y converido en el punto de check-in de los 45000 scouts que en los próximos días llegaran hasta aquí.
La primera intrusión madrileño-valenciana ha conseguido dos cosas:
1. Saber que hoy solo podían inscribirse los grupos suecos (nada como tener mano de obra barata para dar los últimos toques al recinto). Y como hecha la ley, hecha la trampa, a las 00:01:01 del 27 de julio es valida la entrada y allí estaremos los primeros.
2. Que el mejor sitio para comprar comida era Kristianstad y el único modo de llegar era parando unomde los buses que continuamente van a recoger a gente desde la ciudad hasta el Jamboree.
Como teníamos poco tiempo y menos ganas de hablar inglés, hemos decidido que la mejor manera de parar un bus era tumbarnos en la carretera del parking. Menos mal que esta gente parece razonable y nos han preguntado qué queríamos antes de pasarnos las ruedas por encima... Cuando nos hemos querido dar cuenta estábamos montados en un autobus y atravesando el por primera vez el Jamboree y viendo las instalaciones.
A primera vista hemos podido comprobar que la extensión es inabarcable. Las interminables praderas suecas son atravesadas de vez en cuando por arboledas inmensas. Cada subcampo tiene en medio un gran árbol figurado que representa el nombre del mismo y salpicado por aquí y allá los baños y carpas nacionales completan el paisaje. Tan grande es esto que incluso el magnánimo escenario para los actos centrales y la explanada que se extiende delante parecen ridículos en el conjunto del entorno.
Quince minutos en bus hasta salir del Jamboree nos ha dejado tan buen sabor de boca que cuando nos hemos querido dar cuenta estábamos llegando a Kristianstad. Allí nos han dejado y sin quererlo hemos entrado al paraíso del desarrollo ciudadano, a la panacea de la conciencia social y el "Sanctasanctórum" del avance del bienestar: un supermercado sueco!!!!.
El proceso de compra de la comida se ha convertido en un autentico descubrimiento de lo que hay o mejor dicho de lo que no hay aquí: salsas con sabor a bacon, hamburguesa de queso, ensaladas que en España ni sospechamos, cajas de ensaladas de diferentes verduras ya cortadas para poderlas coger y hacerte tu propia ensalada, un selfservice de patatas de cuatro tipos, sales de miles de sabores, un armario interminable con casi cuarenta tipos de panes, paquetes de un kilo de albóndigas desecadas que los suecos comen con una especie de salsa cesar (y que además ha sido nuestra comida hoy), fiambres de infinidad de tipos, salsas de sandwich de miles de sabores y lo mejor de todo, una especie de mesa al final de la cinta de caja para poder apoyar la bolsa de la compra y llenados de manera organizada y racional. He estado a punto de quedarme allí a vivir!!!
Pero antes de poder acceder al templo del placer el destino ha puesto en nuestro en nuestro camino una ultima dificultad: no teníamos monedas suecas con las que poder pillar el carrito de la compra!! No contaban estos suecos con la astucia y picardía ibera y probando con monedas de euro hemos podido sacar el carro por diez céntimos.
Con la compra en bolsas racionales y salivando como el perro de Pavlov nos hemos puesto rumbo de nuevo al campamento. De nuevo teníamos que parar un bus con dirección al Jamboree.
En esta ocasión la tarea no ha sido difícil y nada más llegar a la parada nos ha recogido un bus cargado de scouts suecos que nos han recibido con los brazos abiertos y con muchas ganas de preguntarnos un tema de rabiosa actualidad: "Cuál es la diferencia de la crisis española con la crisis Portuguesa y Griega". No sabemos si les habremos convencido con nuestra disertación, pero contarselo en inglés ha sido toda una demostración de dominio del idioma.
Cuando hemos reaparecido en el campamento, nos han ayudado a cargar las bolsas no por espíritu scout, si no porque teníamos más hambre que el perro de Don Quijote. Una mañana plega de juegos scout para los chavales y algunas scouters y de rogar, pedir, ingeniar, comprar... para nosotros tres ha sido una muy buena justificación para la opípara pitanza que nos hemos metido entre pecho y espalda.
La tarde ha transcurrido entre un rato de sesteo, otro largo rato de juegos de scouts valencianos (en concreto una torre humana de cuatro pisos que ha hecho temblar al asegurador de ASDE) y el desmontaje del campamento -mochilas y tiendas-, pues las ansiadas 00:01:01 estaban cerca y teníamos que estar preparados.
La cena ha sido veloz por el ansia de ponernos en camino al check-in y a las diez y media de la noche estábamos camino de la verdadera aventura. Han sido apenas dos kilómetros de distancia, pero más de un conductor despistado se ha quedado atónito al ver cincuenta mochilas con piernas caminando por el arcén de la carretera rumbo al Jamboree.
Ya estamos en la puerta y, como se dice vulgarmente, el culo nos huele a Jamboree. Solo quedan quince minutos para poder entrar oficialmente. En cuanto tengamos nuestra "identity card" en el cuello podremos ir a nuestra zona de acampada y... Lo de después es otra historia, de momento esta es nuestra aventura, lo demás o ruido o silencio.
25 julio 2011: Un abultado viaje
Nada nuevo seria contados como comenzó esta aventura: un goteo de macutos en carritos seguidos de una pañoleta roja y amarilla, unos pocos grupitos de "pañoleteros" que se convirtieron en un gran circulo, unas palabras de agradecimiento y de reflexión del sentido de este viaje y... una bandera scout!! ¡Eso era!, una gran flor de lis y un cordón blanco redeandola sobre fondo morado! Ese fue el momento en que caímos en la cuenta de que el Escultismo estaría presente en todas y cada uno de las cosas que nos iban a ocurrir.
Después de eso y una rutinaria facturación, la despedida de los padres y empezó la aventura.
El tiempo hasta el embarque se pasó rápido y sin incidentes, tan solo destacaban las caras de estupor del resto de viajeros del aeropuerto al ver un gran grupo de personas con una pañoleta similar al cuello.
En el vuelo se calentó el animo y tan pronto como la cabina autorizó el desabroche del cinturón, cuarenta chavales, todos al unísono, decidieron evitar el mal de altura y pasar las tres horas hablando, pintando a los incautos que dormitaban o haciendo comentarios jocosos sobre "el humo que salía del motor derecho", "el ala que se había desprendido" o "la grieta creciente que había en la ventana". Creemos que los ataques de pánico y ansiedad de otros pasajeros no tienen relación con nuestros comentarios...
Cuando aterrizamos en Copenhague la cosa cambio totalmente. Desde el primer momento comenzamos a ver pañoletas y uniformes de todos los colores. Pero si pensábamos que íbamos bien preparados con nuestras insignias y sudaderas, la realidad es que no somos nada originales comparados con países como Reino Unido, que traen un petate igual con logotipos del Jamboree serigrafiado o con los "veteranos del Jamboree", que traen su uniformidad repleta de todas la insignias acumuladas a lo largo de los años.
El trayecto desde Copenhague hasta Kristianstad pasó rápido. Empezó cruzando a Suecia a través del Puente-Túnel de Oresund, una obra de ingeniería inaugurada hace unos pocos años. De camino a Kristianstad empezamos a concretar el lugar de la acampada y con la ayuda de Alejandro, el papá de un castor y un lobato del grupo que están en Kristianstad, decidimos dirigirnos hasta el lugar del Jamboree y aunque no nos dejaron entrar conseguimos acampar en una granja que hay a un kilometro. Allí coincidimos con un grupo de MSC.
Solo han pasado once horas desde que despegamos en Madrid y las vivencias que hemos empezado a vivir están siendo muy enriquecedoras.
Antes de que anocheciera hemos puesto las tiendas de campaña, hemos compartido nuestra cena (como los Castores!!) y alrededor de una hoguera hemos empezado a conocer a nuestros hermanos scouts de los otros grupos de Madrid y los valencianos de MSC y a canto-berreár con la guitarra los mejores éxitos de la tierra patria... Para que luego digan con motivo que los españoles gritamos mucho.
Son las doce de la noche y ya estamos todos dentro del saco, dispuestos a sacar todo el jugo a este viaje. Un chaparrón a refrescado la tarde pero la noche se antoja apacible. Mañana tenemos que... Lo de mañana es otra histori;, de momento esta es nuestra aventura, lo demás o ruido o silencio.
Después de eso y una rutinaria facturación, la despedida de los padres y empezó la aventura.
El tiempo hasta el embarque se pasó rápido y sin incidentes, tan solo destacaban las caras de estupor del resto de viajeros del aeropuerto al ver un gran grupo de personas con una pañoleta similar al cuello.
En el vuelo se calentó el animo y tan pronto como la cabina autorizó el desabroche del cinturón, cuarenta chavales, todos al unísono, decidieron evitar el mal de altura y pasar las tres horas hablando, pintando a los incautos que dormitaban o haciendo comentarios jocosos sobre "el humo que salía del motor derecho", "el ala que se había desprendido" o "la grieta creciente que había en la ventana". Creemos que los ataques de pánico y ansiedad de otros pasajeros no tienen relación con nuestros comentarios...
Cuando aterrizamos en Copenhague la cosa cambio totalmente. Desde el primer momento comenzamos a ver pañoletas y uniformes de todos los colores. Pero si pensábamos que íbamos bien preparados con nuestras insignias y sudaderas, la realidad es que no somos nada originales comparados con países como Reino Unido, que traen un petate igual con logotipos del Jamboree serigrafiado o con los "veteranos del Jamboree", que traen su uniformidad repleta de todas la insignias acumuladas a lo largo de los años.
El trayecto desde Copenhague hasta Kristianstad pasó rápido. Empezó cruzando a Suecia a través del Puente-Túnel de Oresund, una obra de ingeniería inaugurada hace unos pocos años. De camino a Kristianstad empezamos a concretar el lugar de la acampada y con la ayuda de Alejandro, el papá de un castor y un lobato del grupo que están en Kristianstad, decidimos dirigirnos hasta el lugar del Jamboree y aunque no nos dejaron entrar conseguimos acampar en una granja que hay a un kilometro. Allí coincidimos con un grupo de MSC.
Solo han pasado once horas desde que despegamos en Madrid y las vivencias que hemos empezado a vivir están siendo muy enriquecedoras.
Antes de que anocheciera hemos puesto las tiendas de campaña, hemos compartido nuestra cena (como los Castores!!) y alrededor de una hoguera hemos empezado a conocer a nuestros hermanos scouts de los otros grupos de Madrid y los valencianos de MSC y a canto-berreár con la guitarra los mejores éxitos de la tierra patria... Para que luego digan con motivo que los españoles gritamos mucho.
Son las doce de la noche y ya estamos todos dentro del saco, dispuestos a sacar todo el jugo a este viaje. Un chaparrón a refrescado la tarde pero la noche se antoja apacible. Mañana tenemos que... Lo de mañana es otra histori;, de momento esta es nuestra aventura, lo demás o ruido o silencio.
miércoles, 13 de julio de 2011
Buena receta la del fuego lento...
Decía mi abuela que la comida no sabía igual si no se cocinaba a fuego lento, sacandole a cada ingrediente sus sabores, sus matices, hayando la combinación perfecta (casi de alquímia) que hacía de cada pitanza un deleite para los sentidos.
Algo así ocurre con la aventura que el 25 de julio vamos a empezar.
Llevamos más de un año preparando el viaje al 22º Jamboree que entre el 27 de julio y el 8 de agosto se celebrará en Suecia. Demasiado tiempo para que no haya despertado en nosotros una ilusión normal ante un trabajo muy bien hecho y un viaje cocinado a fuego muy lento.
Sabemos que, con lo cargado del calendario durante esos días, dificilmente nos acordaremos de padres, hermanos y mascotas y que las tarifas telefónicas no nos pondrán fácil contaros todo lo que vamos a vivir. Por ese motivo y porque no queremos que se nos olvide ni un solo detalle, queremos que este blog sirva como una pequeña ventana desde la que os podáis asomar a esta experiencia inolvidable.
Este espacio nace, a priori, con fecha de caducidad, pero en este tiempo queremos que sea de todos y para todos los que queráis seguir las aventuras y desventuras que Sergio, Dani, Gareth, Jorge, Clara, Paula, Ana, Sara y Javi viviremos en el Jamboree.
Ahora nos toca añadir otros pocos ingredientes a la receta: nuestra mochila. Animo y a por ello, que solo quedan 12 días.
Algo así ocurre con la aventura que el 25 de julio vamos a empezar.
Llevamos más de un año preparando el viaje al 22º Jamboree que entre el 27 de julio y el 8 de agosto se celebrará en Suecia. Demasiado tiempo para que no haya despertado en nosotros una ilusión normal ante un trabajo muy bien hecho y un viaje cocinado a fuego muy lento.
Sabemos que, con lo cargado del calendario durante esos días, dificilmente nos acordaremos de padres, hermanos y mascotas y que las tarifas telefónicas no nos pondrán fácil contaros todo lo que vamos a vivir. Por ese motivo y porque no queremos que se nos olvide ni un solo detalle, queremos que este blog sirva como una pequeña ventana desde la que os podáis asomar a esta experiencia inolvidable.
Este espacio nace, a priori, con fecha de caducidad, pero en este tiempo queremos que sea de todos y para todos los que queráis seguir las aventuras y desventuras que Sergio, Dani, Gareth, Jorge, Clara, Paula, Ana, Sara y Javi viviremos en el Jamboree.
Ahora nos toca añadir otros pocos ingredientes a la receta: nuestra mochila. Animo y a por ello, que solo quedan 12 días.
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