"Siempre hay un tercer camino, sólo si uno es capaz de encontrarlo"
Selma Lagerlöf, famosa escritora sueca
El día de hoy podría ser el día de ayer y podrían ser muchos días a la vez, todos juntos y sin saber cual es el principio y el final de cada uno.
Eran las doce en punto cuando nos acercábamos puntuales y felices a la puerta del check-in para ser oficialmente participantes del Jamboree. Entrábamos a esa hora con el firme propósito de evitarnos las largas colas de scouts venidos de todo el planeta (es fuerte caer en la cuenta de que esto es planetario!) y en parte lo conseguimos... o casi lo conseguimos.
Comenzamos el check-in con un pequeño problema de inscripción de un participante del G. S. 1 Santiago el Mayor; algo, que si bien no fue grave, si nos demoró alrededor de media hora. Después tuvimos que esperar alrededor de tres cuartos de hora a que nos ubicaran en un autobús que nos llevara desde el punto de inscripción hasta el lugar del evento, una distancia de apenas tres kilómetros que recorrimos en poco tiempo.
Para entonces ya habíamos estado esperando alrededor de dos horas y pico y el rocio había empezado a hacer acto de presencia sobre nuestras mochilas, nuestra ropa y nuestro pelo y cara (algunos con más cara que pelo...).
La llegada al Jamboree fue cerca de las tres de la madrugada, pero para sorpresa nuestra no fue en el campo en el que estamos acampados -Summer- y mucho menos en el subcampo final -Smögen-, por lo que tuvimos que volver a cargar con las mochilas y, a esta hora, ponernos a interpretar un mapa del sitio y buscar unos pequeños carteles en el suelo con el número 1145, el número de nuestra finca.
Os aseguro que las ganas de descargar el peso, el ansia por llegar definitivamente y el sueño no hicieron agradable la tarea de andar los kilómetros (sí, kilómetros!!) que anduvimos. Los scouters de la tropa tuvimos que buscar a nuestros compañeros en el campo Winter, así que cuando regresamos ya habían montado las tiendas de campaña. Nada como las ganas de dormir para que tengan iniciativa...
Con el objetivo conseguido y las tiendas montadas temporalmente estiramos el saco y nos dispusimos a plachar la oreja. Eran las cuatro de la madrugada y para entonces ya hacia cuatro horas que el sol iluminaba tímidamente el horizonte, pero no por el este, sino por el norte ya que en esta época del año el sol no acaba de ponerse del todo y se intuye en la dirección del Circulo Polar.
Mañana, que era hoy, continuaría el comienzo del comienzo.
Esta mañana habíamos quedado en despertarnos, excepcionalmente, a las once y media de la mañana para coincidir en la plaza central de Summer con nuestra otra tropa y con la patrulla de Valencia con la que habíamos coincidido en días anteriores y desayunar juntos. Pero el himno del Jamboree en un volumen atronador en un escenario que parecía estar dentro de nuestra tienda nos despertó a las diez y media sin opción a ignorarlo.
Aunque nos habíamos saltado la reunión de leaders de las diez de la mañana nos acercamos a la tienda central a conocer los detalles de la organización y recibir los kits del Jamboree.
Desayunamos a la sombra del sol (un sol de madera y trama amarilla que es el elemento central de nuestro campo) y repartimos la pañoleta del kit, las tarjetas identificativas y los libros de mano con el horario de cada día.
Hemos continuado reorganizando el campamento, definiendo los limites de nuestra campa y moviendo las tiendas que estaban fuera de ellos. Luego, mientras unos pocos íbamos a hacer la compra por primera vez los demás han montado la hipérbatos que va a hacer las veces de comedor y foro de encuentro y acogida para nuestra tropa y los scouts de otras tropas que nos visiten en estos días.
El supermercado no ha defraudado el concepto que teníamos desde nuestra visita de ayer al templo del desarrollo ciudadano y lo que nos hemos encontrado ha sido una carpa enorme que nada tiene que envidiar a los supermercados de cualquier ciudad: cámaras de refrigerados y congelados, sección de frutas y verduras, carne, pastas, salsas, especias, embutidos y encurtidos e incluso un rincón especial para alérgicos, celiacos y vegetarianos. Todo lo que allí se vende va por puntos y cada tropa -36 personas- tenemos 20000 puntos para la comida de cada día. Teniendo en cuenta que el desayuno, comida y cena de hoy han sido 9000 puntos y nos hemos puesto como el quico... Veo difícil que nos quedemos con hambre. Además nos han facilitado un libro de cocina para que podamos hacer un menú equilibrado cada día y las recetas que aparecen son de todos los paises y a cual más intersantes!! Y si algún día no nos apetece elegir hay un servicio de "inspiración culinaria" que nos diseñan el menú.
El resto de la tarde tras la primera comida ha transcurrido con la mejor actividad hasta el momento: hemos comenzado una construcción. Una estructura con troncos de tres y cuatro metros de dos plantas y zona de sombra y cocina abajo, mirador en el segundo nivel y un mastil con la banderq de España y la Scout que compite cara a cara en altura con la de Alemania y EE.UU. Las fotos que hemos hecho darán claro testimonio de lo bonito del momento.
Al final de la tarde han llegado los miembros del G. S. Maravilla y el G. S. San Agustín que faltaban y tras la primera ducha desde hace cuatro días hemos cenado unas ricas hamburguesa (receta norteamericana, por supuesto!!).
Ahora están socializando con los scouts de otros países.. Parece ser que no se socializa igual de noche que de día.
Decía Lagerlöf al principio de la entrada que hay un tercer camino si lo encuentras. Esta tarde, con la luz de poniente iluminando el cielo con tonos naranjas, rosas y rojos (parece que este momento ayuda a la flexión) caí en la cuenta de lo afortunado que soy al poder estar aquí, rodeado de gente que ha encontrado ese tercer camino, con personas que creemos en otra realidad, en otras posibilidades, con scouts que al igual que yo creen en unos valores -las leyes scout- que son la llave de ese tercer camino. Hasta llegar aquí la ruta no ha sido fácil y la inversión de tiempo y esfuerzo en mi día a día, mis estudios y mi trabajo me han dado la posibilidad de vivir esta experiencia, que no es la mejor de mi vida, pero que sí contribuye a que mi vida sea mejor. Mucho mejor.
Ya es hora de dormir, mañana la historia continua. Mientras tanto esta es mi aventura, lo demás o ruido o silencio.
Javi, muchas gracias por el blog que nos estás brindando, no conocíamos tu vena de escritor o no se si decir "poeta". Nos lo cuentas todo estupendamente, como que siento el peso del macuto según van avanzando los kilómetros....GRACIAS de verdad.
ResponderEliminarEnvidia sana es la otra cosa que siento al leerte, quién pudiera estar ahí!!.
Besos a todos y felicidades por la recuperación de la mochila...., la maquinaria de Belén ha funcionado perfectamente.
Nos vais a contar algo de esa ceremonia de inauguración tan espectacular que vemos en la página web del jamboree??.